Que mientras me miras me derrumbo casi tan rápido como tu sonrisa vuelve a levantarme,
y sé que estás ahí esperando que mis pensamientos vuelvan a tu posesión, o tal vez sólo es que mi imaginación sigue atada a ti y cree que al menos me quieres pendiente de tus actos.
Y es que no has notado que es tu sonrisa mi motor, que no has mirado mis ojos perderse en esos labios que son los únicos que sonríen a mis tonterías con la inocencia que quiero ver y no la malicia de humillar con mis errores.
Cómo deseo tu sonrisa, casi tanto como deseo la libertad de reír junto contigo.