22 de noviembre de 2009

Artes en letras



Tú sonrisa me frustra y no porque no quiera verte feliz, me frustra que me cause tanta risa y me haga tan feliz cuando estás tan cerca, tan pegado a mi huesos, que te extraño.

Que mientras me miras me derrumbo casi tan rápido como tu sonrisa vuelve a levantarme,
y sé que estás ahí esperando que mis pensamientos vuelvan a tu posesión, o tal vez sólo es que mi imaginación sigue atada a ti y cree que al menos me quieres pendiente de tus actos.

Y es que no has notado que es tu sonrisa mi motor, que no has mirado mis ojos perderse en esos labios que son los únicos que sonríen a mis tonterías con la inocencia que quiero ver y no la malicia de humillar con mis errores.

Cómo deseo tu sonrisa, casi tanto como deseo la libertad de reír junto contigo.
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